Tomar agua de manera constante durante el día es fundamental y los especialistas concuerdan que para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo es necesario ingerir la dosis adecuada de este vital elemento.
La cantidad que debes consumir diariamente, cambiará dependiendo de ciertos factores, como por ejemplo, tu edad, la cantidad de actividad física que realices y la temperatura que haya en tu ciudad.
Siempre es bueno tomar agua regularmente, aunque a veces el sabor del agua no es el mejor, sobre todo en el centro norte de Chile y en su capital: Santiago. Esto está relacionado con su procedencia.
El agua que consumes viene de fuentes naturales como ríos y lagos, pero en algunos lugares tiene una concentración más elevada de minerales, por lo que el agua tiene sabor diferente dependiendo del área geográfica y tipo de fuente de abastecimiento.
¿Qué elementos se encuentran en el agua potable que consumimos?
Seguramente te lo has preguntado al beber un vaso de agua: ¿Qué componentes trae el agua que sale del grifo? Esto varía de dependiendo de la ubicación geográfica, pero en Santiago y en las grandes ciudades hay dos elementos que siempre están presentes: cloro y flúor. El primero para desinfectar y el segundo para combatir la aparición de caries en la población.
Además de esos dos elementos, en el agua potable chilena se puede verificar la presencia de compuestos como arsénico, mercurio, cianuro, cobre, zinc, hierro, aluminio y manganeso, entre otros, todos ellos en bajísimas concentraciones. Si bien ninguno de estos componentes en bajas concentraciones son dañinos para la salud del ser humano, esto cambia radicalmente si su concentración aumenta.
Por ejemplo, la exposición prolongada al cloro puede causar ardor, dificultad para respirar y dolor abdominal, entre otros. Mientras que el exceso de flúor puede producir inhibición de enzimas, corriendo el riesgo de agravar las enfermedades de pacientes diabéticos, hipertensos y alérgicos, por nombrar algunos.
El sabor del agua en Santiago
Los elementos ya mencionados son los que se unen para conformar el sabor del agua. Pero no son los únicos, porque a ellos hay que sumarles el factor del agua dura. Te estarás preguntando en estos momentos, ¿Qué es agua dura? Es aquella agua que tiene un alto contenido de calcio y magnesio, y que se origina al correr a través de depósitos minerales, como por ejemplo, la piedra caliza.
La dureza del agua se califica en una escala y bajo los parámetros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se identifica al agua menor a 60 mg/L como blanda, mientras que en concentraciones mayores a 180, se considera como muy dura, aunque no es dañina para la salud.
En la región Metropolitana, la mayoría de las comunas reciben su agua potable de la misma fuente natural: el río Maipo, localizado en el Cajón del Maipo. Las aguas de este torrente son ricas en calcio y magnesio, lo que le da una dureza mayor al agua (por sobre los 180 ppm) y si a eso se le suma las concentraciones de cloro y flúor, se obtiene el sabor tan característico del agua santiaguina y a que muchos no les agrada.
Pero esto tiene solución, porque puedes mejorar ostensiblemente el sabor del agua utilizando filtros que la purifican y así darle una mayor calidad a esta. Para el exceso de cloro, puedes utilizar un filtro de carbón, mientras que si buscas más pureza del agua lo ideal sería ir por un filtro de ósmosis inversa.
Recuerda que siempre es bueno tomar agua regularmente. Mejorar el sabor y la calidad del agua potable es posible y está al alcance de tu mano.